De una economía lineal a una economía circular

El modelo productivo predominante está basado en un modelo de economía lineal, es decir, un modelo basado en extraer, producir, usar y tirar. Este modelo no es compatible con un mundo de recursos naturales finitos, ni con un planeta que se enfrenta a retos globales como el cambio climático.

En los últimos cien años el consumo mundial per cápita de materiales se ha duplicado y el de energía primaria se ha triplicado. Además, la población se ha multiplicado casi por cinco entre 1900 y 2019. Estos dos factores han aumentado significativamente, tanto la presión sobre los recursos naturales, como la magnitud de los impactos sobre el medio ambiente. La tendencia para futuro es clara. La demanda de recursos naturales se triplicará en 2050 y la de alimentos aumentará en un 70 %. Por ello, se requiere un cambio de paradigma en la forma de producir y consumir: pasar de una economía lineal a una economía circular.

La economía circular busca cerrar el círculo. No se trata sólo de cerrar el círculo principal, conectando el punto final (residuos) con el punto inicial (extracción de materias primas) a través de procesos de reciclaje. Se trata de cerrar todos los círculos posibles a lo largo del ciclo de vida de un producto; se trata de pasar de poner el foco en la gestión de residuos a ponerlo en la gestión de materiales. En este nuevo modelo el valor de los productos y materiales se mantiene durante el mayor tiempo posible, los residuos se reducen al mínimo, y los recursos se reintroducen repetidamente en el ciclo productivo creando valor cuando los bienes llegan al final de su vida útil.

Las estrategias para transformar la economía en más circular requieren considerar el enfoque de ciclo de vida. En la fase de diseño se definen el 80% de los impactos durante el ciclo de vida, por ello, estas estrategias buscan repensar desde esta fase la gestión de materiales con el objeto de reducir, tanto la entrada de recursos, como la generación de residuos. Existe un amplio abanico de mecanismos como priorizar el uso de recursos renovables, incorporar la tecnología digital, fomentar la servitización, la reparación, la reutilización, la remanufactura o usar los residuos como recursos a través de la recuperación de componentes o materiales.

Euskadi es a día de hoy una región europea referente en el desarrollo aplicado de la visión circular de la economía, especialmente en el ámbito industrial. Este liderazgo es fruto de 20 años de trabajo del Gobierno Vasco, con el apoyo de la sociedad pública Ihobe, en la mejora de la eficiencia de los procesos y en la implantación de metodologías de ecodiseño en las empresas vascas.

Una buena parte de este éxito está asociado al Basque Ecodesign Center, una iniciativa que cuenta con una trayectoria de 10 años de colaboración público privada entre el Gobierno Vasco y grandes empresas vascas con alta capacidad de tracción sobre proveedores y de generación de conocimiento.

Desde el Basque Ecodesign Center se han logrado pilotar metodologías y proyectos innovadores clave que posteriormente han podido ser transferidos al resto del tejido industrial vasco. Además el Basque Ecodesign Center está siendo un instrumento fundamental en el despliegue del ecodiseño entre las PYMEs vascas mediante la tracción de proveedores y de convocatorias de ayudas para proyectos de innovación en ecodiseño.

La Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030 apuesta por el "life-cycle thinking" con objetivos muy ambiciosos en materia de gestión de materiales y residuos. Gracias a su capacidad de innovación y de tracción, el Basque Ecodesign Center es, y deberá seguir siendo, una pieza clave para alcanzar estos objetivos.