En la actualidad, en Europa existen más de 400 etiquetas ambientales diferentes, con objetivos parecidos pero no con los mismos requisitos. Si bien su objetivo es transmitir una información veraz sobre el comportamiento ambiental de productos y/o servicios, la gran disparidad existente genera una gran confusión en el consumidor.

De modo general, todos estos sistemas se pueden agrupar en tres niveles:

• Marcados asociados al cumplimiento de requisitos legales obligatorios, como por ejemplo el marcado CE o el punto verde. Son por lo general, autodeclaraciones de conformidad del fabricante asegurando el cumplimento de determinada legislación ambiental.
• Instrumentos de evaluación y comparación ambiental, como por ejemplo el certificado de eficiencia energética o las huellas de carbono. Su objetivo es permitir la comparación entre diferentes productos, todos ellos evaluados bajo el mismo sistema de evaluación.
• Sistemas de reconocimiento "best in class", como la Etiqueta Ecológica Europea. Estos sistemas son un premio que reconoce a aquellos productos que los llevan como los mejores desde el punto de vista ambiental, dentro de la categoría a la que pertenecen.

En la evolución que estos tres grandes grupos de sistemas han tenido en los últimos años, se puede detectar la integración paulatina del principio del "life cycle thinking" o pensamiento de Ciclo de Vida. Así, se ha evolucionado desde un pensamiento monovector (p.e. la problemática asociada a los residuos en las directivas de fin de vida de productos), en que únicamente se tenía en cuenta un aspecto hasta la visión multivector a lo largo de todo su Ciclo de Vida donde se tienen en cuenta los principales aspectos ambientales significativos, independientemente de la etapa del Ciclo de Vida donde estos se produzcan (p.e. el enfoque de la directiva de productos relacionados con la energía).

La siguiente figura muestra esta evolución entre estos sistemas de información ambiental de productos.

Gráfico de los diferentes instrumentos de información ambiental en productos.

Para tratar de solucionar los problemas asociados a esta gran dispersión de sistemas y etiquetas asociadas, la Comisión Europea, a través de la Dirección General de Medio Ambiente ha puesto en marcha un proyecto para definir un nuevo estándar de información que sustituya a todos los existentes a partir de 2020.

Este nuevo proyecto, denominado Huella Ambiental de producto y organización, se puso en marcha oficialmente el pasado 21 de octubre de 2013 en Bruselas. Por acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de España, la sociedad pública del Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno Vasco, Ihobe será el representante oficial en el grupo de trabajo creado para la supervisión del proyecto, en el que participan todos los países de la Unión Europea, el equipo técnico de la Comisión Europea, ONGs y asociaciones empresariales.

Este nuevo enfoque deberá permitir en el horizonte de 2020 la integración y coherencia entre todos los sistemas existentes, reforzando así los valores de los productos ecodiseñados en el mercado.